Durante la segunda mitad del siglo pasado miles de inmigrantes procedentes fundamentalmente de Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha abandonaron su lugar de origen, como hacen hoy africanos, sudamericanos y asiáticos, buscando en los alrededores del sur de Madrid, concretamente entre la carretera de Toledo y la de Andalucía lindando con lo que hoy es la M40, un lugar mejor donde hacer su vida. Como los terrenos eran de la terrateniente María Orcasitas y en el centro del barrio hay una Meseta, así se denominó la barriada. Se construyeron las chabolas, de noche, para que la guardia civil no las derribara por esa extraña ley que no permitía derribar moradas una vez construidas, pero sí permitía hacerlo en su proceso de construcción. Más tarde, hace ya 50 años, se construyó un local para la Asociación Vecinal que continúa funcionando a día de hoy, siempre a la cabeza de las reivindicaciones del barrio.
Después de muchos años e innumerables luchas, los vecinos y vecinas conseguimos que se construyesen viviendas dignas. Siguiendo a la Asociación Vecinal y a un puñado de urbanistas comprometidos, elegimos hasta el color de los ladrillos de nuestras futuras casas. El estado franquista intentó, sin éxito debido al coraje vecinal, asentarnos en otro lugar más alejado del centro de Madrid. Finalmente conseguimos por una sentencia judicial quedarnos donde estaban nuestras casas, sentencia que obligaba a los poderes públicos a que impulsaran la construcción de los pisos en el mismo lugar en el que estaban las chabolas. De aquella jurisprudencia, que se desprende de la sentencia judicial favorable a los deseos vecinales, se beneficiaron otras personas que buscaban viviendas donde asentarse, incluso personas que buscaban su vivienda digna fuera de Madrid.
El IVIMA, que dirigió la construcción de nuestras casas, buscaba los materiales de construcción más baratos, entre ellos el amianto, o fibrocemento, aunque ya por aquel entonces se conocía que su uso era perjudicial para la salud; pero ya se sabe que lo fundamental en este sistema económico es obtener el máximo beneficio.
Con el amianto se hizo el cerramiento de los tejados de 110 bloques del barrio. La uralita, como aseguran todos los expertos, lleva aparejados graves problemas de salud cuando de ella se desprenden partículas insalubres cancerígenas, con el paso del tiempo, al estar sometida a la intemperie. Lo mismo ocurre cuando la uralita es mecanizada o manipulada, cosa que pasa, por ejemplo, con la colocación de antenas en nuestros tejados: el pan nuestro de cada día. Nuestros tejados que eran negros a la entrega de las casas hoy se ven blanquecinos por que se ha desprendido la capa protectora de la uralita. La inhalación de las fibras desprendidas de la uralita causa diferentes tipos de cánceres, como ha quedado probado, desgraciadamente, en trabajadores del metro de Madrid. El amianto se colocó sobre nuestras cabezas a mediados de la década de los 80 casi hace 40 años.
La Asociación Vecinal Orcasitas (AVO) y todo el vecindario del barrio comenzamos a exigir su retirada hace más de 6 años, en cuanto fuimos conscientes de su peligro para la salud. Desde entonces hemos hecho al menos 5 asambleas con asistencia de más de 300 personas en cada una de ellas, entre otras movilizaciones y sensibilizaciones. A nuestras asambleas hemos invitado a diversos políticos en el poder o en la oposición: concejales, diputados autonómicos, incluso Manuela Carmena cuando fue alcaldesa de Madrid fue invitada y asistió a una de ellas.
Recientemente, ya gobernados por el PP y C`s, con el apoyo de VOX, cosa que es mejor no olvidar, más de 200 vecinas y vecinos fuimos a la madrileña Plaza de la Villa para exigir a los actuales responsables de urbanismo que cumplan lo acordado con la Asociación Vecinal Orcasitas.
Durante la época de la anterior Corporación Municipal, con Ahora Madrid en la alcaldía, se ofreció a la AVO aplicar el plan MAD-RE de ayuda a la rehabilitación a todas las Comunidades de Vecinos que lo soliciten, y ayudarlas económicamente con un 75% del coste para sustituir las cubiertas de amianto por otras que no fuesen nocivas para la salud. La AVO planteó que eso fuera así para todas las viviendas, tanto para las torres de 32 viviendas como para bloques de entre 6 y 12 pisos. Hay que tener en cuenta que el coste por vecino es mayor cuantas menos viviendas haya en el edificio. Para las viviendas que por ley no podrían alcanzar el 75% de la subvención, acordamos que la ayuda se completase con el montante de un Proyecto Participativo para el que se obtuvieron 300.000 € para desmontar el amianto. De esta manera las ayudas llegarían a todos los vecinos que tengan amianto en sus edificios.
Llegamos al acuerdo de que una parte sustancial de la subvención se daba antes de empezar la obra, y el resto nada más acabarla, dado que muchos de los vecinos no podían adelantar el dinero necesario para realizar las obras. Estas medidas han sido claves para que los vecinos y vecinas del barrio optaran a las subvenciones.
Por otro lado la Corporación Municipal de Ahora Madrid instó a la Consejería de Vivienda de la Comunidad de Madrid para que declarase la Meseta de Orcasitas como área de rehabilitación preferente (ARRUS), cosa que sucedió el año pasado. Esto supone que la gente de Orcasitas puede solicitar ayudas de la Comunidad que alcanzan hasta un 30% del coste de la obra. Estas ayudas podrían ser acumulables con la totalidad de las ayudas del plan MAD-RE. Así se consigue que la sustitución del amianto sea prácticamente gratis para las gentes de Orcasitas.
Todos estos acuerdos se alcanzaron en una negociación que se llevó a cabo directamente entre la AVO y el Área de Vivienda y Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, durante el gobierno de Ahora Madrid, que tuvo una excelente actitud para resolver el problema.
El consistorio de derechas que gobierna después de las Elecciones Municipales de 2019 se comprometió a cumplir estos acuerdos tras la manifestación que realizamos varios centenares de vecinas y vecinos de Orcasitas en la plaza de la Villa para transmitir nuestras exigencias al Concejal de Urbanismo. En esa concentración, el Concejal de Urbanismo y el Director de Vivienda nos “concedieron” una reunión en la que se comprometieron a ejecutar los trámites necesarios para que se ejecutasen las obras de retirada de la uralita. No hay nada como una visita multitudinaria para refrescar la memoria.
El año pasado se presentaron 72 proyectos de obra que hizo un gabinete de arquitectura, contratado por los propietarios de las viviendas, siguiendo las especificaciones exigidas por el Ayuntamiento, y en la actualidad se han empezado a recibir las prescriptivas y necesarias licencias de obra. Y, al fin, se han empezado a ejecutar las obras a finales de 2020 y en los primeros meses de 2021.
Es evidente que hasta que no se retiren la totalidad de los tejados de amianto, el peligro para la salud sigue estando presente para las gentes de Orcasitas, pues las emanaciones de su polvo y de partículas son peligrosas inclusive a 3 Km de distancia.
En un tiempo en el que puede parecer que las movilizaciones no obtienen resultados, el hecho de que unos años después de haber iniciado nuestra lucha colectiva por la retirada del veneno sobre nuestras cabezas, estemos viendo las grúas trabajar en nuestro barrio, demuestra que el esfuerzo y las movilizaciones es lo único que señala el camino.
23 de febrero de 2021
Juan Cordero
Presidente de la Asociación Vecinal Orcasitas
Miembro de Acción en Red