El 30 de marzo de cada año, desde 1976 cuando seis palestinos murieron cuando se manifestaban contra la apropiación de tierras se celebra en Palestina el Día de la Tierra.
Este año, organizaciones de la sociedad civil instaron a la población a manifestarse reclamando su derecho al retorno en cumplimiento de la Resolución 194 de Naciones Unidas desde el 30 de abril y a mantener las protestas por la confiscación de tierras hasta el 15 de mayo, día de la Nakba (catástrofe), en que se cumplen 70 años de la expulsión masiva de población palestina.
En Gaza, el 30 de marzo más de 15.000 palestinos y palestinas se congregaron de forma pacífica en los distintos puntos fronterizos contra los que el ejército israelí abrió fuego con munición real asesinando a 17 palestinos e hiriendo a unos 800. Un tuit del ejército israelí desvelado por la ONG israelí B`Tselem aseguraba que “nada ocurrió sin control” y que “todo fue preciso y medido”. Organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, denunciaron como gravísima violación de los derechos humanos, a la vida, a la manifestación y libertad de expresión, unos hechos que podrían ser castigados como crímenes de guerra. La embajadora de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad advirtió de que bloquearía cualquier intento de resolución con lo que ni siquiera se llegó a hacer propuesta alguna.
Desde entonces, cada viernes, la Gran Marcha del Retorno ha sido dispersada por el ejército con disparos contra los manifestantes, llegando a más de 4000 heridos, entre ellos muchos niños y niñas, y 54 muertos.
Este año en que se cumplen 70 años desde la proclamación del Estado de Israel, Donald Trump decidió culminar su promesa de trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Un acto provocador, que viola las resoluciones del Consejo de Seguridad contra la colonización de tierras palestinas y el consenso internacional sobre el que han girado las conversaciones de paz.
Al mismo tiempo que tenía lugar este acto comenzaban las movilizaciones en toda Palestina. Especialmente sangrienta fue en Gaza donde 60 manifestantes fueron asesinados y hubo más de un millar de heridos. El ataque no tiene precedentes desde el que sucedió el verano de 2014 durante la operación militar Margen Protector. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha denunciado que se ha producido una matanza “indiscriminada”. Mientras, fuentes del Ministerio de Defensa israelí han defendido que las “medidas no letales ya no son efectivas” y ha justificado los ataques aludiendo a que todos los manifestantes son de Hamas, “que quiere acabar con el estado de Israel”.
Las autoridades sanitarias de la Franja y ONGs, como Médicos Sin Fronteras que operan en el terreno han advertido de la situación crítica de los hospitales, donde, además de a la asfixiante situación mantenida por el bloqueo de Israel donde el material es muy deficitario se ha añadido una afluencia masiva de heridos que ha desbordado toda posible atención.
Los acontecimientos que se han producido este último mes y que han culminado este lunes dejan más de un centenar de muertos. El ejército israelí ha hecho un uso desproporcionado de la fuerza frente a movilizaciones pacíficas cada viernes culminando con la masacre del pasado lunes que sella definitivamente cualquier tipo de solución pacífica.
¿Qué más tiene que suceder para que la comunidad internacional se pronuncie e imponga sanciones a Israel por la violación mantenida de Derecho Humanos? Desde Acción en Red Madrid, exigimos que nuestro gobierno condene las matanzas y actúe para hacer cumplir la legalidad internacional y los derechos humanos. Por justicia con las poblaciones palestinas y para evitar el incremento de la impunidad en el mundo.