#SalvamentoNoesFrontex

Los Gobiernos español y marroquí han llegado a un acuerdo que permitiría a Salvamento Marítimo desembarcar a personas migrantes auxiliadas independientemente de dónde hayan sido rescatadas en puertos marroquíes, teniendo tan sólo en cuenta un criterio de puerto más cercano sin valorar si se trata de un puerto seguro o no. Desde diciembre las organizaciones sociales en defensa de los derechos humanos de las personas que migran hemos podido constatar el desmantelamiento progresivo del hasta entonces servicio de Salvamento Marítimo. Un cambio de modelo que transita de un modelo público y civil hacia un modelo cada vez más militarizado con intentos de privatización. Un modelo que amplía el margen de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que permita actuaciones como las devoluciones a través del mar a un país vecino o los bloqueos como los que en otras ocasiones se han dado. Esta medida forma parte junto a otras del plan del Ministerio de Interior para reducir en un 50% las llegadas por mar a las costas españolas. Incluso si eso implica poner en peligro la vida y la integridad de las personas que se encuentran en el mar.

Nos encontramos ante una clara violación del principio de no-devolución. El Estado español no puede devolver a personas migrantes rescatadas a un país que vulnera los Derechos Humanos y que no respeta la prohibición de la tortura. Existen sentencias que contradicen la legalidad de esta medida y que prohíben las expulsiones colectivas entendiendo estas por todas aquellas expulsiones en las que no medie un expediente individualizado y la violación del artículo 13 CEDH, que vulnera el derecho a un recurso efectivo.

Por ello, porque #SalvamentoNoEsFrontex, debemos actuar para frenar la España Fortaleza que quieren construir.

 

 

 

Declaración por los derechos de las personas refugiadas y migrantes

Con motivo de la celebración del II Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz celebrado en Madrid del 5 al 8 de Noviembre, las Plataformas REFUGIO POR DERECHO y QUEREMOS ACOGER han emitido un comunicado en el marco del Plenario “Violencia a personas desplazadas y refugiadas: ciudades refugio” que reproducimos a continuación.

En dicho acto han participado los alcaldes y otros cargos municipales de San José (Costa Rica), Tegucigalpa, Tánger, Ciudad de México, Valencia, Barcelona, Amsterdam, Córdoba (Argentina) y Madrid, entre otros.

Puedes descargarte el comunicado aquí comunicado_refugio_Ciudades Paz

Nota ante la decisión del Gobierno español de acoger al «Aquarius»

La decisión del Gobierno español de acoger el barco “Aquarius” da motivos de esperanza en que se produzca un cambio en las políticas de inmigración y refugio en España. Un cambio que no significa otra cosa que cumplir con toda una legislación internacional que incluye el salvamento en el mar, la protección de los derechos de los menores, el derecho de asilo de las personas cuya integridad corre peligro en sus países de origen, o los derechos de los migrantes y sus familias. Leyes y derechos que se han venido conculcando tanto por el gobierno anterior como por la mayoría de los Estados miembros de la UE.

Por más que acoger al Aquarius sea considerado como un acto simbólico, no lo es para las seiscientas veintinueve personas a bordo, ni para quienes tienen que organizar y participar en una acogida nada fácil, dada la escasez de recursos existentes, largamente denunciada, para este tipo de emergencias. Pero la respuesta ciudadana, empezando por la de ayuntamientos del Sur de Italia y españoles, para contribuir a salvar a estas personas es otro signo de esperanza que muestra que, cuando hay voluntad política, sí se pueden poner medios para acoger.

Pero los barcos van a seguir llegando desde la orilla Sur del Mediterráneo y el Gobierno español, por mucha voluntad que le eche, no va a poder resolver, ni fácilmente, ni en solitario, esa situación. En primer lugar, porque los recursos materiales de acogida internos que ha dejado el PP son claramente insuficientes, no solo en materia de supervivencia sino en materia de integración. Y en segundo lugar porque es un problema de la Unión Europea y es la UE la que tiene que, solidariamente, hacerse cargo de una realidad que ya es insostenible para miles de personas hacinadas en los países europeos del Sur o en Turquía, que puede terminar creando rechazo en las poblaciones autóctonas, y ser un motivo de apoyo a los partidos más xenófobos.

El gesto del gobierno español está siendo una prueba ante la que se tienen que retratar todos los gobiernos de los países miembros de la UE, y ya lo están haciendo. Se anuncia una brecha mayor de la ya existente entre las posiciones más xenófobas y las más sensatas. Mientras no haya acuerdo y compromiso de acatamiento de las normas internacionales, el problema persistirá. Esa es la responsabilidad de la UE.

Un problema que no va a dejar de aumentar mientras persistan las diversas formas de violencia en los países africanos. De ahí que, otras de las tareas pendientes se sitúen en el ámbito de las relaciones internacionales y de la cooperación al desarrollo en sus más variadas vertientes, y no solo la económica.

La acogida y el refugio no se pueden externalizar, como tampoco se pueden limitar a salvar vidas, aunque esto sea lo fundamental. Hay que proveer de recursos materiales suficientes para que las personas acogidas puedan rehacer sus vidas dignamente, y también de recursos imaginativos para que puedan constituir un apoyo al desarrllo del país que les acoge y no una carga que pueda no ser aceptada, a la larga, por la parte de la población autóctona más vulnerable.

La decisión y actitud de los Gobiernos español y valenciano con el Aquarius, nos devuelve una parte de la dignidad robada por el anterior gobierno. Pero queda un largo camino para el cumplimiento de los Derechos Humanos.