La nueva administración estadounidense ha aprobado medidas para impedir el acceso al país a personas refugiadas e inmigrantes de siete Estados de mayoría musulmana: Siria, Irak, Yemen, Libia, Irán, Somalia y Sudán. Esta decisión, junto con la construcción del polémico muro en la frontera Sur de EEUU, supone un punto de inflexión en las políticas migratorias y de asilo del mundo occidental desde que en 1951 se aprobara la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de Naciones Unidas en Ginebra.

Desde entonces, millones de seres humanos han tenido que huir de sus países de origen ante la persecución por motivos étnicos, religiosos, políticos o de orientación sexual. El estatuto de refugiado es una herramienta de protección imprescindible y rechazar a una persona por alguna de las razones señaladas supone un precedente enormemente peligroso para los Derechos Humanos.

Con esta medida la Administración Trump está alimentando una visión del mundo musulmán injusta y estereotipada que impide el diálogo entre culturas imprescindible para construir un clima de paz y entendimiento en la comunidad internacional. No sólo es un ataque a los ciudadanos que llegan cada día a EEUU buscando protección o un futuro mejor, sino que supone una auténtica afrenta a la legalidad internacional en materia de inmigración y asilo.

Desde  Acción en Red Madrid queremos mostrar nuestra preocupación por un discurso, el del nuevo presidente estadounidense, que niega los derechos más elementales a las personas refugiadas e inmigrantes y que perpetúa estereotipos sobre los ciudadanos de los países musulmanes. Tememos que ese tipo de ideas puedan llegar a nuestra sociedad, como está ocurriendo en otros países europeos, de la mano de organizaciones populistas de extrema derecha que señalan a los inmigrantes como el origen de todos los males.  La sociedad española tiene la obligación de estar alerta ante estos fenómenos para no dar pábulo a la xenofobia y al extremismo.

Del mismo modo nos sentimos en la obligación de recordar que las autoridades españolas han hecho oídos sordos a las denuncias que hemos formulado desde las organizaciones sociales sobre la situación de los derechos humanos en la frontera Sur del país, donde sistemáticamente se producen devoluciones en caliente. La valla de Melilla nos recuerda tristemente al muro que Donald Trump quiere construir entre México y EEUU.

Por eso exigimos a los poderes públicos españoles y europeos que revisen la situación en sus propias fronteras atendiendo a los Derechos Humanos y que expresen su más contundente condena a las políticas migratorias y de asilo de la administración Trump, que sin duda van a agravar una crisis de refugiados que ya es enormemente dolorosa e injusta. Del mismo modo reclamamos la derogación inmediata del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, que impide el acceso de los refugiados de origen sirio a territorio comunitario. Ante la nueva dirección que está tomando la política estadounidense, creemos que la Unión Europea tiene la oportunidad y la obligación de poner en valor ideas como la acogida, la diversidad, la igualdad, el diálogo intercultural, los Derechos Humanos y la justicia social. Sólo así podremos combatir el extremismo populista, cuyo máximo exponente hoy es el 45º presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump.

 

TOPSHOT - Protesters sit in the international terminal at San Francisco International Airport in San Francisco, California on January 29, 2017. US President Donald Trump issued an executive order yesterday barring citizens of seven Muslim-majority countries from entering the United States for the next 90 days and suspends the admission of all refugees for 120 days. / AFP PHOTO / Josh Edelson